«ni quantas coronas ni arreos le dauan: es cierto que no llegauan ni a·los pies de·los merecimientos del que por el publico bien muria. Quanto menos del que muere por Dios: y por·ende solo Cristo solo en·el solo cielo: y en gustar las dulçuras eternas: asento la bienauenturança del justo: y aquella no se que dada por angel: ni por criatura ninguna: mas por el mismo Dios:»