«tomaron le calenturas ( y fueron bien de·la tiera triste que toda es pestilencia y peligro ) tan furiosas brauas y pestilenciales que le robaron en fin la vida. Quien dexara de dar quexos de tan iniqua y desatentada crueza como fue la d·esta muerte tan fuera de sazon y tan enojosamente venida? Que ni perdono al tan florido mançebo que se aparejaua de ganar tantas honrras: ni al tan viejo y desapoderado el rey su»