«bendito el señor: que enxalçara a Hierusalem: para que sea reyno suyo en·los siglos de·los siglos sobre ella. O quan glorioso es este reyno: en·el qual con Christo gozan todos los sanctos: e cubiertos de stolas blancas: siguen el cordero: dondequier que fuere. Del qual reyno siquier siglo venidero: dize san Augustin en·el libro de·la lucha de·los vicios: e virtudes. Aparte·se el amor»