«del otro sin la justa y merecida pena: que si el rey don Pedro quisiera a sus manos viniera el conde: mas ni le quiso recebir a merced podiendo le hauer a sus manos: ni supo reconoçer sus culpas ni la merced que se·le fazia: ni paro fasta dar en tierra: porque deprendan los reyes de temer la justicia diuina que nunca dexa de cumplir con todos: que ni al conde perdono: mas»