«los bienes suyos. Si en el repartimento no te qupo la suerte, calando de·las mugeres blasma la desauentura tuya. E piensa que en caso de·la jnjuria nunca el injuriado es conuenible juez. Aqueste amor que Cupido se llama, o maldizentes, en el ser humano jncluso e de seleste jmpresion ajudado las naturales fuerças fechas con·las suyas vna mesma cosa, ha tanto poder en nosotros que nj arte nj anjmosidad, nj»