«mas el de su casa no tenia tanta gente quanta para su empresa cumpliera: deseaua poder los acuchillar mas su poder no abastaua: recurrio vn dia al esclarecido principe y rey don Alfonso y suplico le que le mandasse dar de sus caualleros: pues eran tan en todo dichosos que todo lo acertauan: y que le diesse licençia de yr a descalabrar aquellos moros de Tudela que tantos sin sabores y enojos les fazian: plugo le»