«a Dios que los escapasse mas d·ellas como del diablo que tiene meior cuydado de sus almas, les fazian renunciar los habitos de religion tan estrecha y si alguno en mas breue tiempo que los otros no se podiendo defender mas, vino las manos atadas a sus mandamyentos, despues de aver tentado al accidente de su voluntat retraya se en algun apartado, como si fuera donzella virgen asi lloraua el triste la perdida de su virginjdad»