«muerte que moriendo la consiente beuir. E ya la continua guerra que de si a si mesma se faze, ha tanto alterado la su delicada presona, que mouiendo a piedat, aquel que con tales offensas offiende, dessea no ser tanto querido. La otra no menos enamorada, con ninguna parte de si contrastar al amor se dispone, mas las zelosas, que sordas e ciegas biuen e muertas pueblen los infernos, en tal»