«Carthago: el Athanasio muy insigne obispo de Alexandria. Joan damasceno Gregorio nisceno aquel Hilario pictauiense el gran Basilio de Cesarea: cuyo mereçer de tales varones quando se houiesse de traer escripto no abastarian papel ni manos. Empero despues nascieron espinas y muchos dolores tomaron sus tierras. O como todos de huego arden es mucho de temer como han caydo delante de Dios por sus pecados. O como es buelto el color de oro todo scuro»