«peligros que en sus personas cadaldia por ello speran. E la donzella medrosa por las razones dichas por la verguença: que lorando sin responder dexando·la sola se retraxo en la canbra: que atormentada de amor y temor determjnar no sabia. Y asi ymaginatiua paseando sola en aquella, entra por la puerta la madrjna suya la qual era vna duenya muy antigua y de gran manera: acostunbrada por·la deuda y gran amjstat comunjcar con»