«de Dios. Item dize en otro lugar el mismo Bernardo a este proposito. Tanta es la alegria e suauidad de aquella patria celestial: que ahun que no podiesse el hombre estar ende sino vna hora: todos los dias d·esta vida llenos de plazeres dexaria por aquella: a·la qual comparada qualquiere otra suauidad: es dolor. Qualquier plazer, tristura. Qualquiere cosa dulçe, es amarga. Qualquiere cosa fermosa e garrida,»