«la madrjna alcançaua. Y mjrando aquellos ser de tan alto preçio: que casy pagua de serujçios ningunos se podrjan egualar con ellos: y con vn jesto d·enamoradas palabras començo asy de faular. La stima que vuestros dichos mereçido tienen nj mi lengua, nj persona tan sufjçiente se alla para la satisfaçion que mereçen: mas d·aquel pequenyo poder que al presente en mj libertat se puede juzgar, sta aparejado para siempre obedeçer vuestros»