«onde el dize. O alma mia: si quadaldia nos conuiene suffrir tormentos para esquiuar: e desuiar del infierno: e para que podamos ser acompañados a·los sanctos en·la gloria de parahiso: no es cosa digna: padecer agora qualquiere tristura, para·que participemos de tanto bien e gloria. Assechen pues los demonios, e aparejen sus tentaciones. E los ayunos: quebranten el cuerpo: e el cilicio le apremie:»