«vieja: dixieron a aquel engañador. Señor aqui estan vnos mercaderes españoles que trahen thesoros de piedras preciosas e de oro e plata: los quales querrian passar para Meca: han oydo de tu honestad e lealdad e buena diligencia: ruegan te que les guardes estas quatro caxas fasta que se bueluan: por que non las osan leuar consigo por temor de ser robados en·ese desierto: e non menos te rogamos que por respeto nuestro»