«los bienes celestiales, quantoquier dulces desuanecerian, e serian poco estimados por el temor del perder los. E por·ende assegurando dize el glorioso sant Joan a .xviij. capitulos. Ninguno os quitara vuestro gozo. O casa de Dios. Ciudad del gran rey: quan infinitos: quan grandes e eternos son todos tus gozos: quan muchas tus alegrias, quan bienauenturados tus moradores. Verdaderamente bienauenturados son señor los que moran en tu casa:»