«teme a toda cosa; quien non teme a Dios, teme toda cosa. El aver se despiende, e el cuerpo se fina, e las otras son nonbradas, e los pecados non son oluidados. Mercadeat con Dios e fazet limosnas, e ganares, e non ayades fe sinon en Dios, nin temas sinon tus pecados. Aquellos que han fe en Dios es bastante de aquesto que menester avra en aqueste siglo e en»