«gracioso que tal infante en la cristiandad no se fallaua: salio tan magnanimo victorioso y pujante que antes ni despues su par en la España no ha pareçido: y assi la sancta reyna remedio primeramente con su seso y discrecion el peligro de sus reynos que esperauan quedar sin heredero: supo estorçer despues al rey su marido y a·la dama que el amaua del crimen tan graue y feo del adulterio: y gozo del desseado marido»