«quiere que llore mi uida / sin remedio reparable. / Por ende todos nascidos / de mis males condolidos / quered tender las oreias / a mis cuytadas consejas / por quien ciegan mis sentidos. § De mi cuerpo uulnerado / do seso queda turbado / et memoria fallescida / por la discrecion perdida / es el saber sepultado / ca gemir nunca fallesçe / nin amargura peresçe / ante son tales sus tiros / que do faltan los sentidos /»