«quien sienbra ajos, no aranca murta. § .lxii quien se ariedra, con su cabeça gana. En toda cabeça ha dolor. El viejo es turçiman del coraçon, el ojo es la vergueña. No es ninguna dolor tal como del ojo, nin pensamiento como deuda. Vn ojo ha verguença d·otro. La oreja es enbudo del coraçon, el coraçon es atalaya del cuerpo. Lo que es bueno al figado, es»