«con la mayor priessa y diligencia que podimos nos adreçamos alla el camino con temor que nuestras fustas partiessen. El mismo dia pusimos nuestras tiendas en la orilla del mar Vermejo y era la tierra tan steril seca y dura donde con trabajo firmaron las varas. En essa noche se nos passaron algunos peregrinos que de Jherusalem fasta Alcayre y dende al monte Synai passauan. § Al otro dia tercero de octubre fuendo la ribera del mar adelante llegamos»