«proferir se pudian todos de vna voluntat alegres mouian a venjr, y a esto tan grand diligencia se dieron en todas partes que en pocos dias vierades en el puerto de Frigia jnfinitas flotas de enamoradas gentes venir, qual dulce eloquencia del muy alto orador Omero sabria la jnperial gentileza d·estas gentes loar? Y son cosas que se pueden ver y poco o no nada escriuir·se lo bueno d·ellas. Pues dexando esto a los»