«que tan abominable gigante. Gasta la tierra de Libia en do antes paresçian o floreçian las costunbres. Passa la mar de·las comunes opiniones en·la qual ondas ligeras son mouidas e alçadas por viento de vana temor. Enbargando o deteniendo la naue del virtuoso reprehendedor contradiziendo·le el su camino e diziendo·le que faze vana presunçion en conbatir·se. Es a saber reprehender el gigante que son las grandes personas; e en su tierra»