«la otra es llena de muchas huertas abastecidas de frutas diuersas como las mançanas musas llamadas que dentro la huerta del balsamo comimos y otras varias como la cassia dactiles cidras. Hay entre medio muchas granerias y casas plazientes. Ende se toman vnas aues blancas llamadas merlas: y los arabes traen leopardos presos de pequeños que a ducado la pieça venden. Quando llegamos ante la ciudad luego cerraron la puerta los moros: assi venimos en derredor»