«en·la huerta de·los caualleros que llaman auernios. En aquel dia por la mañana se allego junto de·la caua de·los palacios del señor maestre aquel artifice ingenioso George llamado del qual arriba ya se hablo: y ende stando saludo nuestros caualleros rogando les mucho le acogiessen en·la ciudad y falto poco que no le mataron los que ignorauan su peticion y la causa de su venida puesto le defendiessen los que d·ello tenian alguna»