«agora saetas que passan mi corazon. Mas quien fuera tan sauia que de tus grandes hablas no se dexara vençer: entiendo que si cadaldia te oyera como ahora triste te oyo tan bien passara mi pena vencida de tus enganyos con asechanças de amores. Ya muy tarde me viene el conocimiento de quien eres tu: por quien tales y tantas cosas he perdido: ni se con que ciegos oios t·e mirado hasta aqui: que»