«que nuestro socorro llegasse? La fuerça diuina. Quien cego del todo sus pensamientos que la primera pelea passada luego no entrassen por medio los nuestros que stauan heridos y fatigados? Hizo lo Jesu nuestro redemtor. Quien vn enemigo tan poderoso que tantos y tierra manda pudo empachar que no sojuzgasse aquel principado de·los caualleros de Hierusalem o Sant Johan de Rodas que segun el otro de Constantinoble es muy pequeño: todas estas fueron las marauillas del muy alto»