«el egregio conde que tanto le hauia obligado con su sobrado esfuerço y grandeza de coraçon y virtud: que no fallaua con que le pudiesse ni asaz responder a sus tantos y tan subidos merecimientos. Non emperezo la emperadriz entonce en cumplir el mandado del emperador: y ende mas de que reconocio que suya era principalmente la honrra suya la debda y obligacion sobrada que al conde reconoçer se deuia: y assi dio priessa por le traer»