«asaz desfauor y verguença: nunca despues le quiso ni mirar el rey don Alfonso: que assi lo merecen los que ponen las manos en·los vngidos de Dios y ende mas grandes prelados: no en menos peligro quedaua entonce Napoles que el rey don Alfonso fiando del conde Jacobo Caldora que le hauia siempre bien seruido: y se mostraua mucho suyo ser al tiempo que se fue para España: dexo la ciudad al excellente infante don Pedro»