«quando a .xxij. de octubre amanecia llegamos al puerto de la ciudad ya dicha Roseto: y dende ayuso los moros no quieren leuar los peregrinos mas nauegando porque los cristianos no pueden saber ni atinar las puertas de Nilo siquier entradas enĀ·el mar Mayor para que dende sobiendo las naues no puedan hazer mal en la tierra de Egipto. Y este cuydado nosotros touiendo que los camellos y animales del dicho pueblo eran conduzidos por otros negocios para»