«que tantas victorias les hauia siempre dado: yuan tan fauorecidos y alegres de·la tan cierta y rica esperança del siempre vencer tan acompañados del zelo de la fe del feruor de·la caridad que Dios era con·ellos: entraron por·ende con tanto denuedo que luego en entrando pusieron espanto y pauor en·los moros. El primero que rompio y passo mas adelante fue el excellente infante don Alfonso: pelearon estrañamente el y sus valientes compañeros»