«tan miraglosamente los hauia escapado del poder de·los moros: y con los mismos fierros que trahian en las piernas que siquier por señal de·la marauilla tan grande les hauian quedado fueron se para la ciudad: y en entrando por ella toparon con las moças que salian para la mar por enbarcar·se y partir·se para tierra de moros: venian todas descabelladas llorando y dando vozes y las madres enpos d·ellas faziendo vn esquiuo llanto»