«de Jherusalem entran sin tributo ni seña tendida por que los moros nunca les osan hazer enojo temiendo que luego bueltos en su tierra se vengarian de sus fronteras y les hiziessen daños muy grandes. Las mujeres nobles que hay entre ellos todas pelean como las amazonas y van esforçadas en las batallas. Los varones traen barbas y cabellos: vsan vnos capeles de varios colores en las cabeças. Hay entre estos georgianos y armenios suso dichos muy»