«pero por·el scilencio non quito el conoscimiento, e veyendo las mugeres que do nosotros bastraemos trabajos e palabras, ellas aventuran honores e vidas si temen, sosperan, fingen, varieien e disimulan, ninguno se maraujlle que entre sus euidentes peligros e nostras conoscidas malicias no fallan njnguna cosa segura. E caso que algunas corespondiessen a nuestros enganyos e otras catassen mas a·la a de disposicion la la fama que saluacion del amante, me»