«dios sin ser llamados a guerra, descargat las consciencias sirviendo lo que gozastes, y si algunos querellosos vuiere, en tiempo de necessidat no demandeys partido ni desmanpareys aquel que quando prosperaua tanto obedientes le erades, y toda escusa que a vuestra venida se puede poner escusando·la, quitad de·las voluntades, porque la muerte y jnjuria d·este señor aquellos que somos suyos no rescibamos cunpliendo esta deuda de virtud que le deuemos, havnque»