«el segundo llegaron al rey como en son de marauillados y le dixieron: que es esto señor que vuestra alteza entiende de fazer que auisado nos han y puestos en sospecha que haueys hoy de matar algunos de nosotros? Espanto·se el rey y dixo: y quien oso tal pensar ni dezir os? Respondieron ellos: el de Cabrera: mando luego embiar por el: fizo se doliente y dixo que no podia venir: vayan»