«de tanta gloria que ahun en su fin se fallo tan venturoso que vino a morir en manos de los mas excellentes y mas catholicos y deuotos maestros de theologia y de toda virtud y del arte de bien morir en especial que hauia en·la cristiandad maestre Epila maestre Soler y maestre Fernando: el postrimero de·los quales ni rogado por el rey ni requerido por el papa ni escogido por la ciudad y cabildo de Napoles quiso recebir»