«con licencia del rey Licurus fue e nauigo para Egipto: con cierta e firme esperança: que el se daria a tanto que d·ello se marauillassen los egipcianos. Mas como los egipcianos la fechura del Ysopo vieron: estimando lo por mostruoso e de sin sabidoria: pensaron que era juglar e burlador: e non miraron que a·las vezes en vasos feos e torpes esta e se contiene el balsamo que es el mas precioso de»