«hay: tantas lagunas almarjales estanques y aguas allegadizas y verdes: que las humidades que d·ellas suben son tantas y tan escuras: que entenebrecen y enturbian los ayres: y tornan tan amarillos los cielos: y las estrellas de tan perdida color: que todo parece noche tiniebra y escuridad: y assi tienen tan dañado y pestifero el ayre: que pocos de los de aca viuen alla sanos: y en Roma endemas: en»