«non los podian fazer llegar al sañudo puerco. Mayor era el temor por la vision que la dolor por las feridas e sobre mayor qu·el pungimiento de·las espuelas. Ya los mançebos osados eran por los sus cauallos estoruados que en su ayuda auian traydo. E maguer el cruel puerco muchas oviese fecho feridas non se tornauan a·la espesura de·los arboles. Nin se curaua de·las coçes de·los aquexados cauallos. Tanto los»