«padre Eugenio el quarto: y agora nuestro cristianissimo rey ha restituydo al papa no solo el reyno de Napoles mas quasi la silla misma apostolica la ciudad de Roma: y todo su estado que todo lo tiene por le fauorecer nuestro rey: ni piensen los que poco saben que de ferida ni golpe muriesse nuestro victoriosissimo rey: mas de verdaderas y pestilenciales fiebres que de·las tantas tan altas y marauillosas victorias que optuuo de·los moros»