«dixeron otra vez los estudiantes: maestro: muchos mandamjentos nos has fecho e enseñas: en·los quales la muger non consentiria: saluo por contradicion: e assi tu mesmo deues vsar d·ellos. E assi dixo el philosopho sepamos d·el que sabe fazer: por que non perdamos el precio por negligencia: e buelto al Ysopo dixo·le: Dios te salue moço. Respondio el Ysopo: ruego te que non te enojes por»