«vuestro cantar es semejante a la belleza de vuestra persona, que non vos falleçe ninguna cosa en aqueste mundo. Quando el cueruo se oyo asy largamente loar fue muncho contento, e prestamente començo a cantar, e el formaje cayo·le del pico, e la raposa recogio·lo prestamente, diziendo: tuyo sea el canto con el tu fermoso gesto, e mia la sabor del queso fresco. E asy la rapossa se ando su»