«de·la otra el mar toda llena de rocas y peñas: assi no hallando puerto seguro los gouiernadores luego amaynaron todas las velas y ende andauan nuestros nauios por lo mas ancho a discrecion de muy brauas ondas como cauallo furioso sin freno: assi que la noche fue mas penada que no en los otros passados peligros. En la mañana el sol saliendo con cinco velas por el mar tentidas passamos en medio las dichas rocas: y»