«para destruyr sus enemigos. No hay derecho por que se haya tratar de tal suerte que si alguno el mundo quiere conuertir a su ley fe o secta deue lo hazer por piadosa y razonable informacion y no con cruel fuerça ni violencia. Muchos hereges fueron leuantados en otros tiempos entre los quales ninguno se falla que por espada mandasse guardar lo que ponia sino con engaños y dulces palabras amonestando. Sabemos que todos assi lo hizieron sacado»