«aterro al perfido moro que ya las almenas touo por suyas todo encendido en·la victoria? Hizo le Dios por su gran clemencia. Quien les empacho que no descendiessen por las escalas ante que nuestro socorro llegasse? La fuerça diuina. Quien cego del todo sus pensamientos que la primera pelea passada luego no entrassen por medio los nuestros que stauan heridos y fatigados? Hizo lo Jesu nuestro redemtor. Quien vn enemigo tan poderoso que tantos»