«que recurriesse a sus vassallos: recurrio: y no sin dolor grande y sin lagrimas de coraçon les descubrio su amargura: y claramente les dixo: que toda su esperança tenia puesta en·ellos: que bien conocia que fuerte cosa era la que el les demandaua: y que no se podia ni deuia demandar: mas que la necessidad era tanta y tan desygual el rescate que escusar no lo podia: que en·este caso no»