«llegando el viento prospero y bueno tendimos las velas el mar adelante por desparecer delante las puertas de·los jnfieles: y al otro dia en la mañana ninguna tierra nuestros ojos vieron cercados del mar a cada parte que nuestra galera leuo gran ventaja de todas las otras: ya el pan fresco nos fallescio y el viscocho nos mantenia: entonce nos dieron los esturiones pesces salados del rio Danubio de Alemaña: lo qual fue a nos quasi»