«car el enamorado avn que conoçe que aquella fermosura sea stada causa prinçipal de auer·la amada y segujda, tanbien conoçe aquella ser causa prinçipal de perder·la. Y no querja poner en arjsgo lo que con jnfinjtos trabaios gano por que la cosa que mucho cuesta con gran dificultat se dexa perder. E d·aqueste temor se causan vnos çelos y sospechas y dudosos pensamjentos e ymaginaçiones stranyas: que es casi jmposible por mucha discreçion que»