«mismo que nunca estuue en mi: nunca de mi supe parte ni fuy mio despues que esta mala ventura entro por mi corte. Concluydo el negocio luego los fijos vinieron ante el padre y tendidos por suelo y con gemidos y lagrimas le pidieron perdon: reconoscieron su culpa ser graue y prometieron toda y qualquier emienda que les encargasse: no pudo el emperador ver sus fijos llorar y pedir le con tanta humildad perdon no vencer se»