«o la corona de palmas que por excellencia eres puesta en cabeça de·las castas: quan abatida te veo que no te quiere ninguna: den vos verdadero exemplo los males d·esta finada. Y tu mi senyora Gradissa soy cierto que en este caso ningun conseio te hara menester: mas antes hoy tu virtut te paga lo que mereçe honestad: tanto que el tu affortunado Grimalte con la muerte de aquella conuiene que todas sus»